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Utilizando como escenario a I Care a Lot, intenta imaginar un grupo de neuronas llamadas Jennifer Peterson; felices de estar en el cerebro, cuidando las funciones mentales y estimulando constantemente su plasticidad con el fin de proteger al organismo que crearon; básicamente todo bien, normal y esperado, hasta que llega una Marla Glioblastoma, lista y preparada con un plan perverso para invadir y conquistar…

Y ¿por qué estamos asumiendo que te serviría comparar a uno de los tumores más agresivos con una comedia/thriller estadounidense?, pues precisamente porque consideramos que esa incomoda sensación que genera la película al observar la pérdida del albedrío, es la sátira adecuada para explicarte el artículo “Glioblastoma hijacks neuronal mechanisms for brain invasión (agosto, 2022), donde Venkataramani y colaboradores demostraron que la colonización de todo el cerebro, en el caso de esta neoplasia, es impulsada por células de glioblastoma (GBC) que carecen de conexiones con otras células tumorales y astrocitos, pero reciben información sináptica de las neuronas.

Destaca que, mediante el uso de varios enfoques matemáticos, confirmaron que el crecimiento de microtúbulos tumorales de glioblastoma (GB TM) sigue un patrón que se ha descrito en depredadores animales que buscan fuentes escasas de alimento y puede reflejar una estrategia de búsqueda óptima para blancos escasamente distribuidos, alias Marla persiguiendo su objetivo de ser millonaria a través de la ingeniosa, pero cruel estafa a los adultos mayores. 

Se encontraron tres mecanismos principales de “manipulación” por parte de las GBC: migración de ramificación, locomoción y translocación. Concluyendo que la invasión de TM sigue un mecanismo de búsqueda eficiente.

Comprendiendo entonces que las GBC adoptan estrategias de migración descritas inicialmente para las células progenitoras neuronales; característica que probablemente esté relacionada con sus estados transcripcionales similares, y que le permite lograr la colonización cerebral efectiva, contribuyendo a la incurabilidad de este cáncer.

En resumen, este proyecto presenta un modelo que puede explicar parte del mecanismo de invasión del GB, permitiendo dar un paso hacia el conocimiento de su fisiopatología y, por lo tanto, abriendo la puerta a nuevos y potenciales caminos para el tratamiento de esta neoplasia. Porque, ¿quién sabe?, tal vez en unos años consigamos detener la ambición de Marla y recuperemos el sueño de Jennifer, evitando escuchar las mortales palabras: descuida, yo te cuido.

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