Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

La famosa y romántica frase “haz lo que dicte el corazón” es algo que hemos escuchado más de una vez en la vida, y sí, suena inspirador o gracioso dependiendo quién y por qué te la digan, pero ¿te has preguntado si tiene alguna implicación fisiológica real?

Como bien nos han enseñado, el cuerpo percibe el mundo exterior y manda esa información mediante señales aferentes al cerebro, quien la procesa y manda indicaciones o señales eferentes. Sin embargo, esto no es una dinámica tan simple, y, particularmente, el corazón puede influir en cómo percibimos la situación en momentos de estrés.

La revista Nature publicó un estudio realizado en EE. UU. sobre el sesgo racial que existe en dicho país. Entre las distintas pruebas que se realizaron, una de ellas consistía en que los participantes debían discriminar entre imágenes de herramientas y armas que estaban precedidas por imágenes de un rostro masculino de tez blanca o negra, lo cual se sincronizó con diferentes fases del ciclo cardiaco (sístole o diástole) para investigar el papel modulador de la señalización aferente cardíaca en la expresión de este estereotipo. Los resultados fueron increíbles, particularmente se observó que, cuando se presentan ciertas categorías de estímulos durante la sístole frente a la diástole, el procesamiento del estímulo aumenta y se atenúa respectivamente; por lo tanto, el sesgo racial aumentaba cuando su decisión coincidía con la sístole, mientras que en la diástole no existía una diferencia tan notoria.

¿Cuál es la hipótesis para que esto suceda? Los barorreceptores forman un canal importante de comunicación entre corazón-cerebro, que además de ser el principal mecanismo regulador de la presión arterial ante cambios agudos, esta vía de comunicación permite la representación de la excitación cardiovascular dentro de las regiones viscerosensoriales del cerebro e influye en los sistemas neuromoduladores ascendentes implicados en el comportamiento emocional y motivacional, como la amígdala y la ínsula. Es decir, la descarga simultánea de barorreceptores modula las interacciones cerebro-cuerpo en una variedad de dominios psicológicos, incluido el procesamiento de estímulos sensoriales y dolorosos, así como procesos cognitivos; por lo que el individuo interpreta, con una respuesta emocional subjetiva más intensa según sus memorias, creencias y juicios durante la fase sistólica del corazón.

Así que… ¿en momentos de estrés qué tan subjetivo eres?

Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.